jueves, 28 de abril de 2011

¿Dónde están los buenos amigos que nunca se iban a ir?

Unos vienen, y otros se van. Otros se quedan aquí, para siempre.
Y cuanto menos tienes, más cuenta te das cuenta de las cosas que sobran en tu vida. Tengo poco; pero si de algo estoy segura es de que no quiero personas que no me aporten; tampoco quiero falsas amistades, ni alimentadas de reproches.
¿Y los buenos amigos que prometieron nunca irse? Créeme, las palabras mueren en la boca del que las pronuncia.
Un amigo no necesita comunicar con palabras, simplemente hacen falta dos miradas que se crucen; un amigo no está cansado, si de ayudarte se trata; un amigo saca fuerzas de donde no las hay. Si la corriente te lleva, el amigo no se ahoga contigo, el amigo te saca y te lleva hasta su lado para sentirte en su regazo. Un amigo no pregunta, un amigo asiente y escucha. Un amigo llora de alegría, y se retuerce de tristeza. Puede ser que un amigo no se quite la vida, pero sí evita perder la tuya. Un amigo se alimenta de momentos y bebe de tus sueños. Un amigo es eso, eso y mucho más.
La verdadera amistad no cree en el tiempo ni en los kilómetros que la separan. La verdadera amistad es sincera; frente al orgullo y a la soberbia.
Piensa en tus amigos, cuéntalos. Ahora yo te digo que el día de mañana uno te fallará, y tú no cumplirás con otro. Al resto, cuídales. Si consigues contar al menos con uno, tienes suerte. Cuídales. Cuídales junto con tu familia, porque al fin y al cabo es lo único que te queda.
Ellos son los únicos que te van a acompañar en el tren de la vida.

martes, 26 de abril de 2011

Deje su mensaje después de la señal..

Por mucho que el día se empeñe en ponerme la zancadilla cuando paso por su lado o por mucho que tú decidas aparecer por arriba sin avisar, ahí te quedas. Encontré al fin un rayo de sol entre las sábanas, y una luz escondida en su mirada; encontré a un silencio que corría perseguido por la sonrisa.

Ahí te quedas, entre la puerta del pasado y la del olvido; entre tu corazón y el que algún día fue mío. Ya no me quiero esconder tras los cristales, ya no quiero hablar para interrumpirle al silencio, él siempre termina teniendo la razón.

Sigo adelante, no necesito más golpes ni empujones.

Ya puedo andar sola hacia ese lejano horizonte que me espera.



lunes, 25 de abril de 2011

Imposible es no guardarte en el bolsillo

Conozco un lugar no muy lejos, a unas tres o cuatro cervezas de aquí. Es un buen lugar para caerse muerto, nada parece malo desde allí. Las penas se ahogan con la espuma de las olas, y tú no estás.

Y sí, quizá aquella noche perdí la cabeza, pero no el sombrero. Quizá llego el momento de rendirse y quedarse así. Alguien cruzará mi corazón desierto, y se perderá... y yo entonces me perderé por seguirte a ti.

Y no conozco otra manera de vivir, no voy a ser mas complicado que una flor. Ya sé que mientras tenga fuerte la raíz, el propio llanto regará mi corazón.

Y si me quieres dibujar prefiero el gris. Y si me quieres olvidar tranquilo, ya me marcho yo.

Y estaba todo tan oscuro, tan profundo y negro. Los ojos cerrados y la mente en blanco. Nadie se curó sin ponerse antes enfermo de amor. Es tan frecuente como extraño, si no puede hacerte daño no te hará feliz

De nuevo vuelta a empezar, cuando parecía que todo había acabado.

Me marcho, para no volver. Y las rosas, los recuerdos, los regalos, las miradas, los momentos, quédatelos.

No los necesito más.