lunes, 29 de agosto de 2011

Midnight in Paris.


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- Estaba pensando... qué lástima que una belleza como tú por París no necesite a un anciano como yo, que le presente Cortázar, le Pont Neuf, la Cité Universitaire, la Cream de Coeur...

La jóven se quedó callada. Sabía perfectamente que era una oportunidad que no podía perder. A su lado no sólo descubriría París, sino el sabor de la eternidad, cada poro de sus vidas y el placer  de vivirlas...

* * *

Y fue en ese mismo instante cuando despertó de aquel hermoso sueño. Se incorporó; y una vez en el aseo, se refrescó el rostro y miró su encantado reflejo en aquel espejo. Reconoció el espejo, pero había algo nuevo en sus ojos; ese brillo.

No estaba en París. Estaba allí, en aquella casa donde vivía desde hace unos años. Pero no pudo decir nada, parecía como si el silencio se hubiese apoderado de cada una de sus cuerdas vocales... Al fin, como si de un susurro se tratara, sus tímidos labios pronunciaron a penas tres palabras: "... era tan real."

B.

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